Nos excedemos en virtudes y defectos, en inteligencia y estupidez. Hace falta equilibrio, porque la estupidez humana no tiene límites (Einstein dixit). La curiosidad tampoco, y eso puede ser útil.
Por fin llegó la hora del reconocimiento a quienes trabajan a diario, son solidarios, pagan impuestos, votan, crían a sus hijos bajo criterios humanistas y ecológicos en fin unos verdaderos....