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15 sept 2014

Dura condena por cosechar estúpidos




 Un tribunal español dictó condenas de hasta 21 años de cárcel a 14 miembros de la banda del estafador nigeriano Prince Nwambu luego de que recaudara 8,8 millones de euros entre 15 crédulos a quienes se les ofrecieron fabulosas ganancias. El fraude de las "cartas nigerianas" podría dar una primera aproximación a la cantidad de estúpidos absolutos.

Los secuaces de Prince sumaron la codicia humana con la estupidez y calcularon las probabilidades de éxito en el envío de cientos de miles de mails ofreciendo el acceso a herencias, premios de loteria y contratos, todos tan millonarios como inexistentes. Fue así que en cinco años se alzaron con un botín de 8,8 millones de euros aportados por 15 ciudadanos de 6 países, lo que da un promedio de 2,5 estúpidos redomados por país. Parece poco, porque "dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo", dijo Albert Einstein.
Hay casos patéticos, como el de un tal OKV (por piedad nos limitamos a unas meras siglas de su nombre), de nacionalidad noruega, quien hizo 18 transferencias por 1,86 millones de euros en concepto de "gastos de abogados" para cobrar una herencia de 14 millones. Peor es el caso del estadounidense HAS (también se le tiene piedad) quien vació sus bolsillos y pidió prestado a sus amigos para desembolsar 3,8 millones de euros con la intención de cobrar 580 millones por un contrato de asesoramiento con la Corporación Petrolífera Nacional de Nigeria. Y todavía hay quien se ríe de los incautos que en otras épocas han comprado un buzón de correos en la creencia de que iban a ganar buen dinero con el cobro de derechos de envío. La estupidez parece ser la única pandemia de la que no podremos librarnos. ¡Qué sabio que era Einstein!

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