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12 nov 2009

Problemas metafísicos irresueltos



Animate a buscar una solución a la pregunta fatal: "¿No te parece que estoy gorda?", le dije a mi valiente amigo Alberto cuando me pidió sugerencias de temas para el análisis de las relaciones entre géneros con el que nos desafía en su blog. Me siento culpable y por eso le mandé algo de ayuda desde mi cobardía.



La pregunta femenina "¿estoy gorda?" es un problema metafísico irresuelto que además motiva ásperas discusiones y en muchos casos es sorpresivo causal de divorcio. Las víctimas de esa fatal inquisición se cuentan por cientos de miles en todo el mundo, me atrevo a asegurar.
Si él contesta que "sí", ella le reprocha que "claro, sólo te fijás en eso...(a continuación seguidilla de reproches que van aumentando de calibre).
Si el contesta que "no", la seguidilla de reproches comienza con un "claro, como ya ni me mirás, ni te diste cuenta de que estoy algo gordita", sigue con "porque te la pasás mirandole el culo y las tetas a otras" o "babeándote con esas modelos flacuchas". A continuación sigue bombardeo similar al del primer caso.

En un desesperado (y tardío) intento por atenuar mi involuntario (pero igualmente cobarde) desafío a Alberto, le mandé el esbozo de unos comentarios que estoy escribiendo sobre el ensayo "Prob y Di  lemas sin resolver", de mi amigo el filósofo, científico y escritor J Bigshit.
Bigshit es colega de Thin Cólon, célebre descubridor del Orotuto (homínido de peculiar civilización que se distingue por su pelambre, que teje su madre durante la gestación) y único hombre de ciencias que se animó a catalogar los diferentes tipos de flatos y sus cualidades, entre ellas las del temible "suspiro de hiena". Los oportunos consejos de sobre como sobrellevar cada uno de los pedos de La escala de Cólon, son motivo de consulta y alivio para millones.
En uno de los capítulos de su ensayo, Bigshit advierte e investiga la aparición de una moderna enfermedad: el esguince de dedo índice, flagelo que atormenta sobre todo a las féminas como consecuencia de la invención del lavarropas y el microondas. Similar afección suelen contraer púberes y adolescentes, pero en el dedo pulgar, sin diferencias de género, y a causa de la manipulación de teléfonos móviles y el envío de mensajes de texto. Una reciente competición para elegir al más veloz emisor de SMS dejó a decenas de jovenes campeones en Argentina. 
Pero volviendo al meollo que nos ocupa, Bigshit lleva una estadística según la cual el esguince de dedo índice se repite en las féminas con la siguiente secuencia: 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21..., en coincidencia con la serie de Fibonacci.
Es sabido que en esta serie, la división del último número por el anterior tiende al número "áureo" o "de oro",  también llamado "de la divina proporción".
Al respecto, Bigshit aventura la hipótesis de que Leonardo Da Vinci recurrió al Hombre de Vitrubio para representar las divinas proporciones, porque dibujar una mujer era mucho más complicado a la luz de que ellas mismas no se ponen de acuerdo sobre los adecuados tamaños y curvas corporales.
Curiosamente, Bigshit viene a corroborar desde la ciencia pura los jugosos análisis de Alberto para fundamentar "qué fácil es ser hombre" (difícil es ser mujer).
En cambio, el siglo XXI trajo a la gran mayoría de varones adultos otra enfermedad: "el síndrome de delivery", con nefastas consecuencias para su aparato digestivo. Y en esto, las investigaciones de Bigshit cierran el círculo científico con la clasificación flatulenta de Thin Cólon!!!

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