Cangrejos en fuga y pedos envasados

Hay quien se ocupa de ver qué pasa cuando huyen los cangrejos. Hay otros que son más prácticos: están dedicados a envasar los pedos de las vacas en nombre de la lucha contra el cambio climático. Y después se ríen de J. Bigshit!!!.  Por estas horas, el profesor ignoto por propia decisión, investiga la supervivencia del ornitorrinco en el noroeste de Argentina.

Seguramente Bigshit esbozará una tenue sonrisa cuando se entere de que colegas suyos han descubierto que el corazón del cangrejo late más lentamente cuando el crustáceo huye de algún peligro!!. La satisfacción de Bigshit será completa cuando tome nota de que otros emprendedores han diseñado una mochila para almacenar los gases que las vacas sueltan irresponsablemente a la atmósfera. Estos malditos rumiantes se cagan en el cambio climático y la paulatina desaparición de la capa de ozono!!.

Los chasmagnathus granulatus que proliferan en las playas de la provincia de Buenos Aires son cosa seria. No se sabe cuándo es que caminan para atrás o de costado, pero al menos se ha demostrado que cuando se enfrentan a una amenaza inminente les reduce el ritmo cardíaco. Los cangrejos, parece, carecen de adrenalina.

"No sabemos, desde el punto de vista fisiológico, para qué le sirve al animal esta bradicardia (lentificación cardíaca) intensa durante el escape", dijo Gabriela Hermitte, del Laboratorio de Neurobiología de la Memoria de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

"Este estudio demuestra que la frecuencia cardíaca es un indicador útil para evaluar la percepción sensorial", comentó la científica en múltiples notas publicadas por la prensa cuanto menos sorprendida en octubre pasado (2009). La sorpresa debe haber sido de tal magnitud que nadie le preguntó "para qué le sirve" conocer el tenor cardíaco de los cangrejos. Y nos quedamos con la incógnita.

Mucho más prácticos han sido los expertos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina que crearon la "vaca mochilera" para impedir que los gases de los vacunos contribuyan al calentamiento global. El invento no es cosa menor: en Argentina hay unos 50 millones de vacunos, diez millones más que habitantes. Las flatulencias vacunas son un tema de seguridad nacional que el Gobierno opta por mantener en reserva para no desatar el pánico.

La "vaca mochilera" consiste en un sistema electrónico, instalado con un arnés en la región dorsal del bovino, que se acopla a un sistema de cánulas comunicadas directamente con el interior del rumen estomacal, donde se forman los gases que contienen metano", explica Guillermo Berra, experto del INTA.

"El sistema puede ser seguido desde cualquier lugar del mundo, ya que la información generada es subida a un servidor y queda disponible en internet", añade Berra. Y de la sorpresa nos deja sin aliento.

Como hemos dicho, Argentina se toma a este asunto muy en serio. El Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte también. Los dos países llevaron su pelea a la cumbre de Cambio Climático de las Naciones Unidas cuando se dispuso hacer un inventario internacional de las emisiones de metano y dióxido de carbono a la atmósfera.

En la centenaria disputa por la soberanía de las Malvinas Argentina ha denunciado que los pedos de las ovejas malvinenses son argentinos, como las islas que invadieron los británicos en 1833 y no pudieron arrebatarselas en la guerra de 1982. Los pedos son británicos, contestan desde Londres. Parece un debate ocioso por más "vaca u oveja mochilera" que haya.

A todo esto ¿qué hace Bigshit en el noroeste de Argentina? Busca ornitorrincos y su supervivencia. "Los grandes descubrimientos los hacen quienes buscan donde no lo hacen otros", reflexionó el sabio profesor antes de viajar hacia la jungla de Yungas, en la provincia argentina de Salta.